[...] este latido eterno del paisaje, como el de un gran cetáceo, disminuye al hombre, a sus ideas, a sus proyectos. La civilización moderna se ha hecho en espacios cerrados: ciudades, casas. En el campo, en el mar, hay siempre un hálito de destrucción contra todo lo humano, invariablemente absorbido, sustituido y vuelto a absorber por la agobiante indiferencia de la naturaleza. Por su bestial fortaleza...Pido disculpas por el crimen que acabo de cometer, pero en la traducción he tratado de ser fiel a la sensibilidad que el autor despliega en el original en catalán.
-"Una nit a Capri" de Baltasar Porcel.
Una vez dicho esto, ¿no es ésta una de las mejores reflexiones sobre la insignificancia del ser humano, su cultura y su civilización, frente al poder inconmensurable e inconsciente de la naturaleza? Imagínate de pie en lo alto de un acantilado, el mar doscientos metros más abajo, el horizonte una línea difusa a lo lejos, como un degradado perfecto que convierte los colores del mar en los del cielo. Es como si estuvieras ante un ser vivo, una red de infinitas hebras vitales que se arruga levemente por la dura caricia del viento. Relee ahora el fragmento: "este latido eterno del paisaje, como el de un gran cetáceo". ¿Lo sientes?
Yo sí.
Publicar un comentario
1 Comentarios
Cierto. Siento de nuevo este viejo sentimiento.
ResponderEliminarLos comentarios del blog serán moderados por el administrador. Pueden tardar un tiempo en aparecer.