Foto: Leo Jauncey |
¿Admites que olvidaste para seguir,
que seguiste para alejarte,
que te alejaste para olvidar?
Sabes que pudimos escapar.
Subir a los bosques,
bajar a las playas,
nadar en el mar.
Sólo necesitaba un gesto.
Esa sonrisa acogedora, encantadora,
cruel a veces.
Palpitante siempre.
Ese brillo de tus ojos.
Esa profundidad inaccesible,
antigua como el tiempo,
que nunca quisiste entregar.
Sólo necesitaba ese gesto.
Esa sonrisa. Ese brillo.
Sólo ese leve movimiento
y te hubiera entregado los bosques, las playas y el mar.
Pero lo hiciste.
Seguiste.
Te alejaste.
Para olvidar.
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